La entrada al Planetario de Madrid está presidida desde este martes por un busto del astronauta Yuri Gagarin, primera persona en realizar, en 1961, un vuelo espacial. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y el embajador de la Federación de Rusia en España, Yury Korchagin, han estado presentes en este homenaje.
Han asistido también la delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Andrea Levy, y la concejala de la Junta Municipal de distrito de Arganzuela, Cayetana Hernández de la Riva. A su llegada, han podido visionar en la sala de proyecciones un vídeo-resumen de la vida del astronauta, así como visitar una exposición que recorre momentos de Yuri Gagarin en diferentes facetas de su vida.
Tras finalizar, Almeida y Korchagin han descubierto un busto en su honor que de exhibirá en el Planetario de Madrid. "La primera persona que hizo el sueño que tantos millones de personas que a lo largo de los años hemos tenido", ha valorado el regidor matritense, quien ha destacado la "proeza" de Gagarin.
"Esas 108 horas que pasó en el espacio fueron 108 horas de ciencia, de innovación... Gagarin hizo más por distender la 'Guerra Fría' con ese viaje que cualquier otra persona. Permanecerá en nuestro recuerdo por mucho tiempo", ha señalado el regidor, quien ha añadido que "repercutió en toda la humanidad ese grito que hizo posible ese sueño, la conquista del espacio".
"Queremos agradecer a la Embajada Rusa que haya tenido este detalle con la ciudad de Madrid, permitiendo colocar este busto en un espacio de colaboración", ha señalado a continuación.
El primer humano en el espacio
Este 12 de abril se cumplieron 60 años desde que el cosmonauta soviético Yuri Gagarin se convirtiese, en 1961, en el primer humano que viajó al espacio, uno de los hitos de la carrera espacial.
En conmemoración de los 108 minutos de sobrevuelo orbital de Gagarin a bordo de la nave Vostok 1, que cambiaron el mundo, se celebra el Día Internacional de los Vuelos Espaciales Tripulados.
Gagarin fue elegido para esta proeza por el responsable del programa espacial soviético, Serguéi Koroliov, por su experiencia como piloto de caza a reacción. Teniendo en cuenta las características y capacidades de la tecnología espacial, era necesario candidatos específicos, profesionales absolutamente sanos y disciplinados, que tuvieran unos 30 años, midieran no más de 1'70 metros y pesaran entre 68-70 kilos.
Nueve meses antes del legendario vuelo, los seis mejores pilotos soviéticos se reunieron con Koroliov que les mostró la primera nave espacial y preguntó quién quería conocer la cabina, un ofrecimiento al que respondió Gagarin, quitándose los zapatos y subiendo la escotilla.
Gagarin era el candidato ideal que finalmente fue aprobado para realizar el primer vuelo del hombre al espacio y cambiar la historia universal. El primer vuelo se realizó en modo automático, suponía que el cosmonauta era pasajero de una nave espacial. Sin embargo, en cualquier momento, podía tomar el control manual de la misma.
El camino al cohete y el despegue
En el camino del cosmonauta hasta el cohete, la gente le pedía autógrafos. Ya sobre la plataforma metálica junto a la entrada de la nave, Gagarin levantó las dos manos despidiéndose de los que se quedaban en la Tierra.
Ahí comenzó la aventura soviética en el espacio. La primera nave espacial tripulada Vostok-1 fue lanzada a las 09.07 horas (hora de Moscú) desde el Cosmódromo de Baikonur (Kazjstán). Los registros de la agencia espacial rusa Roscosmos, aseguran que al oir el ruido de los motores, Gagarín gritó: "¡Vámonos!".
La nave dio una vuelta a la Tierra y aterrizó una hora y 48 minutos más tarde en un pueblo en la región de Sarátov, en el sureste de Rusia. Las señales de radio de la nave espacial soviética fueron capturadas por los observadores de la estación radar estadounidense Shemya, situada en las islas Aleutianas.
Cinco minutos más tarde, al Pentágono se le envió un mensaje cifrado. Al recibirlo, el empleado de turno de noche llamó a casa del doctor Jerome Wiesner, asesor de ciencia superior del presidente John F. Kennedy, para informarle de que los rusos habían adelantado a los estadounidenses.