Entramos en la nueva normalidad, y los niños podrán por fin volver a disfrutar de los columpios en Madrid. Se trataba del último espacio en los parques con restricciones, que ahora abren con protocolos de desinfección diaria, y recomendaciones a los padres para ser responsables.
Los columpios de los parques madrileños, alrededor de 2.000 zonas infantiles en la capital que llevaban precintados desde que se declaró el estado de alarma como medida de prevención, volverán a poder utilizarse a partir de este lunes y serán desinfectadas a diario.
Toboganes, columpios, barras y todo tipo de juegos serán desinfectadas por la noche, pero también se pide a los padres que sean responsables y limpien las manos de los niños con hidrogel antes y después de utilizarlos.
Se trataba del último espacio de los parques que quedaba por abrir durante la desescalada después de que el Ayuntamiento permitiera la entrada, primero en los pequeños (los de distrito), y después en los 19 grandes parques históricos de la capital, como El Retiro, el parque del Oeste o el Juan Carlos I.
Ahora serán los más pequeños quienes disfruten de estas áreas, que serán limpiadas y desinfectadas a diario, si bien el Consistorio ha pedido a los padres que estén "atentos" para evitar que los menores estén en ellas en condiciones de seguridad.
"Vamos a limpiar evidentemente de forma diaria, pero creo que también es muy importante, especialmente con los parques infantiles, que a todo lo que no llegue el Ayuntamiento lleguen los padres", aseveró la vicealcaldesa, Begoña Villacís, durante el anuncio de la reapertura.
Los parques de carácter histórico y singular se han mantenido clausurados para evitar aglomeraciones. El Ayuntamiento de Madrid los cerró antes de decretarse incluso el estado de alarma al comprobar que muchos madrileños se habían dirigido a ellos cuando se suspendieron las clases y se había recomendado no salir a a la calle.
Ya en la desescalada, tanto el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, como la vicealcaldesa, Begoña Villacís, habían manifestado en reiteradas ocasiones que no abrían los grandes parques para que no se produjeran concentraciones de personas.