La estatua en homenaje al dramaturgo Federico García Lorca, que preside la plaza de Santa Ana frente al Teatro Español, vuelve a sujetar entre sus manos la alondra que le fue sustraída, una vez ha sido repuesta por el Ayuntamiento de Madrid.
Tal y como han trasladado fuentes del área de Medio Ambiente y Movilidad, tras la desaparición de la alondra de bronce, se contactó con Esperanza y Marcela López Parada, hijas del escultor y autor de la obra, Julio López Hernández, fallecido en 2018.
La familia del artista comunicó la existencia de la pieza en resina de poliester en el taller del escultor y ha colaborado en el restablecimiento de la pieza en la escultura del poeta.
Los trabajos han consistido en el positivado en cera desde molde del original, la ejecución de moldes cerámicos y fundición de la pieza en bronce, posterior repaso de defectos y soldadura de la pieza 'in situ' en el monumento, situado en la plaza de Santa Ana.
Al cumplirse el cincuenta aniversario del estreno de Yerma, el entonces director del Teatro Español, Miguel Narros, solicitó al Consistorio de la capital la colocación de una estatua en recuerdo del poeta, en la plaza de Santa Ana. Fue realizada por el escultor López Hernández, entre 1984 y 1986, y estuvo instalada en el Cuartel del Conde Duque diez años, hasta la finalización de las obras de la plaza.
Se trata de la figura completa, de tamaño natural y en bulto redondo, del poeta Federico García Lorca vestido con traje de chaqueta. Está representado en pie y sujeta entre sus manos una alondra a punto de volar para posarse en el teatro; la pierna derecha está ligeramente retrasada para dar sensación de movimiento.
Descansa sobre un pedestal de granito, con una lápida de caliza en la parte frontal con inscripción. En la base de la estatua, en el lado derecho, aparece la firma del escultor: Julio L. Hernández 85-86.