La plataforma de Afectados de Metro L7B San Fernando de Henares ha convocado una manifestación este domingo, 8 de enero, a las 12.00 horas, entre Callao y la puerta del Sol, para reclamar "soluciones ya".
Bajo el lema 'Una vivienda digna. Por una vivienda digna', concluirá frente a la Real Casa de Correos, sede del Ejecutivo regional, donde exigirán "dignidad, reparación y justicia".
"Son 15 años de grietas en viviendas, de desalojos forzosos, de derribos, de negocios cerrados y de servicios públicos perdidos, donde 40.000 personas sufrimos el maltrato y el desprecio de los sucesivos gobiernos regionales en la Comunidad de Madrid, muy especialmente el actual presidido por Isabel Díaz Ayuso, que sigue negándose a dar las justas soluciones que afectados y víctimas reclamamos", reprochan en un manifiesto adjunto a la convocatoria.
En el mismo, aseguran que hay 27 familias que han visto sus casas derruidas, "sin haber percibido ni un solo euro en indemnizaciones", mientras que más de 90 familias han sido desalojadas de sus viviendas a apartahoteles, que "no reúnen las condiciones mínimas para una estancia prolongada digna".
"La expresión más dramática de los problemas generados por el Metro sigue extendiéndose sin control por nuestro municipio, demostrando que las actuaciones de la Comunidad de Madrid están siendo absolutamente ineficaces", ha añadido la plataforma.
Una ampliación catastrófica
La ampliación del Metro con la línea 7b hacia las localidades de Coslada y San Fernando de Henares, al este de la capital, fue inaugurada en 2007 y ha tenido que ser intervenida en varias ocasiones, con cortes parciales o totales.
Las obras se han debido a daños ocasionados por la composición geológica del terreno en el que fue construida, que tiene una gran cantidad de aguas en el subsuelo que han debilitado la infraestructura del suburbano y las estructuras de más de 600 viviendas, además de espacios y edificios públicos.
Son ya 100 familias las que han tenido que abandonar sus viviendas, algunas de ellas ya derruidas por daños arquitectónicos insalvables, mientras crece el miedo de los residentes en los bloques colindantes de ser los próximos afectados.