Ante el auténtico dislate en el que se encuentra nuestra economía, ante el frenazo de la actividad por el incremento descomunal de los coste de la energía, combustibles, transportes, etcétera, hay que buscar una alternativa o nos veremos abocados a retroceder 40 o 50 años en el Estado de Bienestar.
Esta insufrible situación, este problema viene de dos años atrás, de unas erráticas políticas económicas, de unos planteamientos basados en el incremento del gasto, de una mastodóntica administración con 23 ministerios y 'tropecientos' asesores, gastando sin miramiento y sin reparar en que España ni puede ni debe endeudarse más.
La inoperancia en la toma de decisiones de este gobierno, ya se ha convertido en algo crónico, se llega tarde por falta de gestión y cada problema se enquista y termina enfrentando a la Sociedad, a empresarios y trabajadores, a sectores y operadores, etc.
Evidentemente, nadie se cree el discurso de Sánchez de que la culpa es de Putin y su invasión de Ucrania. Ya en enero de este año, hace dos meses, estábamos con un 7% de incremento del IPC, el índice de precios al consumo se denomina el 'Impuesto a los Pobres', porque les sube la 'vida' y decrece su poder adquisitivo, en igual proporción. Se ha demostrado que aquella frase de que no dejarían a nadie detrás era un mero eslogan y una frase manida y desvirtuada.
Y todos los sectores productivos, en llamas; los agricultores y ganaderos; el sector pesquero, con la flota amarrada y sin visos de solución; la industria alimentaria, parando y obligada a pagar un peaje insultante para sus cuentas de resultados. A todo esto, las familias ven como suben sus gastos y su cesta de la compra, y cada vez les cuesta más llegar a final de més y se sienten mas pobres y con menos poder adquisitivo.
Ante este escenario en España y la situación internacional, sólo cabe una alternativa:
- políticas liberales, impuestos bajos que dinamicen la actividad y no pongan palos en la rueda.
- austeridad en el gasto, eficiencia en su aplicación, la rebaja de la deuda y la activación a base de buenos grstores de lo público.
Es precisa una buena gestión, no valen las fruslerías. Buena gestión, sin aspavientos, sin distracciones. Buena gestión, sin pensar en populismos o separatismos. Buena gestión y no apartarnos del camino correcto.
Esa política sólo la puede aplicar, en estos tiempos, el Partido Popular, con un bloque unido, fuerte y centrado en las soluciones y el pragmatismo.
Alberto Núñez Feijóo tiene acreditada experiencia y los apoyos para conseguir esos buenos resultados. España y su economía lo agradecerían.
Sería, sin duda, la mejor solución.
Si (
No(