Teatros del Canal y el Teatro Real ofrecen el estreno en España de la ópera 'Orphée', entre el 21 y el 25 de septiembre, de Philip Glass, una coproducción entre ambos teatros, que acoge la Sala Roja de Canal.
Estrenada en 1993 en el American Repertory Theater de Cambridge, Massachusetts, basada en la película homónima de Jean Cocteau (1950) e inspirada en el mito de Orfeo, cuenta con dirección musical de Jordi Francés al frente de la Orquesta Titular del Teatro Real y de dos repartos de voces mayoritariamente españolas, con dirección de escena y figurines de Rafael R. Villalobos.
Se alternarán en la interpretación de los distintos papeles los barítonos Edward Nelson y Alejandro Sánchez, como Orfeo; las sopranos Sylvia Schwartz y Natalia Labourdette, Eurídice; las sopranos María Rey-Joly e Isabella Gaudí, en el rol de la princesa; los tenores Mikeldi Atxalandabaso e Igor Peral, Heurtebise; los tenores Pablo García-López y Emmanuel Faraldo, como Cégeste, el reportero y Glazier; la mezzosoprano Karina Demurova, Aglaonice; los bajos Cristian Díaz, el poeta, y David Sánchez, el juez.
Detrás de la trilogía fílmica de Jean Cocteau y de la triada operística que le dedica Philip Glass, existe un pasado desgarrador que comparten ambos creadores. La muerte rondó la vida de Cocteau desde pequeño.
El suicidio de su padre cuando tenía tan solo nueve años, la prematura partida de su amante -el joven poeta Raymond Radiguet, a los veinte años- o el aborto de su hijo con la actriz y modelo Natalie Paley, causado por el consumo de opiáceos, son sucesos que influenciaron la obra órfica de Cocteau, cuya representación indaga en "las sucesivas muertes que debe atravesar un poeta antes de transformarse en sí mismo".
Cuatro décadas después del estreno de este filme legendario, la muerte de la artista multimedia Candy Jernigan, compañera de Philip Glass, impulsó al compositor norteamericano a emprender este doble homenaje, apropiando y transliterando las piezas cinematográficas en tres óperas profundas que reflexionan sobre la muerte y la transformación del individuo.
'Orphée' es una parábola de la vida de un poeta obsesionado consigo mismo y con la inmortalidad. "En compañía de Heurtebise y una misteriosa princesa, los personajes transitan entre el mundo de los vivos y los muertos a través de espejos comunicantes, habitando un reino desconocido e intermedio entre ambas dimensiones", han indicado.
El director de escena Rafael Villalobos se desmarca de la película de Cocteau y se centra en la partitura de Philip Glass para dar vida a esta representación. La producción traslada la historia al Nueva York de los años 90, cuando se produce la expansión de la televisión en Estados Unidos y el capitalismo empieza a incidir abiertamente en el arte.
La producción reflexiona en torno a las dos muertes del artista, la terrenal y la artística, marcada por una búsqueda de la fama efímera e ilusoria que le impide trascender. Así, Orfeo, a pesar de estar casado con Eurídice, se enamora de la enigmática princesa, a quien persigue transitando entre dos mundos.
Partitura minimalista
El director musical Jordi Francés describe 'Orphée' como una partitura minimalista en su código, pero retórica y exigente para los solistas y la orquesta.
Este será el tercer título del director alicantino frente a la Orquesta Titular del Teatro Real, tras su debut con Brundibar, en 2016, y el estreno absoluto de Tránsito, ópera de cámara con música y libreto de Jesús Torres, comisionada por el Teatro Real en 2021, ambas con "una magnífica acogida y un gran reconocimiento a su labor".
Con las funciones de 'Orphée', el Teatro Real se une a la conmemoración del centenario de nacimiento de María Casares, la legendaria actriz gallega que protagonizó la trilogía fílmica de Jean Cocteau.
Exiliada en Francia, se convirtió en la predilecta de grandes nombres cinematográficos, como Robert Bresson, Marcel Carné y el propio Cocteau, además de primera figura de la Comédie Française y del Teatro Nacional Popular.