Del deseo común entre ciencia, arte y mitología por explorar el satélite, surge la exposición ‘Artemisa: la magia de la Luna’ en el Planetario de Madrid, que aúna el trabajo del propio Planetario, la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid y el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid.
La fascinación por la luna nos ha acompañado a lo largo de la historia, aumentando incluso con los años, porque cada vez que descubrimos algo nuevo, crece nuestro afán por conocer más sobre ella. Es tal el magnetismo que nos produce, que se ha llegado a acuñar un término: selenofilia (del griego Selene, Luna, y philia, amor), para definir esa atracción que nos lleva a observar nuestro satélite con frecuencia.
Es también una fuente de inspiración continua, y no sólo para los científicos, sino también para artistas de todas las disciplinas que contemplan la luna desde distintas perspectivas para poder acercarse a ella.
De este deseo común entre ciencia, arte y mitología por explorar el satélite surgió la exposición ‘Artemisa: la magia de la Luna’ en el Planetario de Madrid, una muestra que aúna el trabajo del propio Planetario, la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid (MAC).
Colaboración entre arte y ciencia
Fue en el grupo de escultura de la Facultad de Bellas Artes –que hacía años ya había realizado con el Planetario la exposición ‘Creciente’, de temática lunar– donde nació la idea de combinar aspectos artísticos, científicos y mitológicos, para mostrar a los visitantes nuestro satélite desde varios puntos de vista.
Finalmente, se involucró en el proyecto el MAC y su directora, María Ángeles Salvador, quien añadió a la lista de obras aportadas por la facultad otras también relacionadas con la luna. El resultado es una exhibición en la que caben distintas formas de abordar el mismo tema.
Según explica Telmo Fernández, subdirector del Planetario de Madrid, uno de los objetivos de la exposición es mostrar que "la ciencia no es un compartimento estanco, en el cual no quepan otras disciplinas, y al contrario también, el arte es un espacio común en el cual la ciencia tiene mucho que decir, y es todo como una simbiosis, un conjunto de todo".
Por este motivo, la exposición ha incorporado elementos "de todas estas índoles, entremezclados, y de una manera transversal trata todos los temas que tienen que ver con la Luna desde el aspecto más científico, hasta la visualización de obras de artistas españoles, principalmente".
La 'magia' de la Luna, en torno a cuatro ejes
La exposición gira en torno a cuatro sectores o ejes. Uno de ellos ha sido desarrollado por el personal técnico del Planetario de Madrid, de donde también provienen dos de los comisarios de la muestra, César González y Eloy Cruz. En este sector se abordan temas como las misiones del Programa Apollo, que llevaron por primera vez al ser humano a la Luna; las misiones Artemis de la NASA, que están en marcha ahora mismo, y se incluyen también reproducciones de trajes de astronautas, así como elementos de astronáutica. Todos los montajes audiovisuales de la exposición han sido realizados por el personal del Planetario.
La selección de obras de los autores del Museo de Arte Contemporáneo, realizada por el comisario José María Salvador, forma otro de los sectores de la exposición. Un tercer eje lo componen las aportaciones, tanto esculturas como pinturas, de la Facultad de Bellas Artes, cuyos autores han sido coordinados por Elena Blanch. El cuarto sector es ‘Horizontes cósmicos’, punto de vista artístico del arquitecto español Javier Olaciregui, cuyas pinturas rodean todo el conjunto expositivo, aportando una sensación de infinitud y profundidad cósmica.
Todos estos elementos se muestran en la exposición, que, dada la buena acogida que está recibiendo, no tiene fecha de cierre, en una sala circular de 20 metros de diámetro, donde los objetos están distribuidos estratégicamente en un espacio abierto que invita al visitante a observar todo de una ojeada, para luego poder detenerse con más calma en cada uno de ellos.
Nuestro satélite, como epicentro en torno al cual gira la exposición, está reflejado en cada una de las obras seleccionadas, ya sea desde el plano artístico o desde el mitológico, como en la escultura sobre Artemisa, hermana gemela de Apolo y diosa de la Luna en la mitología griega. También los objetos científicos tienen un espacio destacado en la muestra, como la réplica del primer traje estratonáutico, diseñado por el español Emilio Herrera para vuelos estratosféricos, considerado el precursor o prototipo de los trajes espaciales.
Para Telmo Fernández, esta muestra es un nuevo ejemplo del deseo del Planetario, desde que se abrió en 1986, de no ceñirse solamente a aspectos científicos e intentar ofrecer contenidos más amplios, "para que haya una visión espectral del todo, de lo que es la vida en general".
"Intentamos, incluso en los ciclos de conferencias, que haya espacios abiertos a otras disciplinas para que el espectador vea colmada su ansia de conocer, su curiosidad por saber más sobre todo: sobre el universo, sobre el arte, sobre la música, sobre la ciencia…", añade Fernández. Con esta misión en mente, el Planetario acumula ya más de siete millones de visitantes presenciales y más de 12 millones de visitantes virtuales.
La Luna es siempre un punto fundamental entre las diversas actividades que el Planetario programa en su agenda. Así, el pasado 13 de septiembre, con la estrecha colaboración de su patrocinador Airbus, celebró una jornada de observación con telescopios con la Luna como objetivo principal. "Es el objeto más cercano y el más bonito de mirar. Es un objeto icónico dentro de la astronomía. A quien le interese mirar al cielo, lo primero que va a mirar es la Luna", explica Fernández.
Esa atracción por nuestro satélite se refleja en ‘Artemisa: la magia de la Luna’, que invita a reflexionar sobre por qué nos sentimos seducidos por él. Sobre esta cuestión, Fernández aporta algunas respuestas. "Primero, por su cercanía; segundo, porque hemos ido allí; tercero, porque tiene una configuración muy espectacular y porque es nuestro compañero, nos acompaña en nuestros viajes por el sistema solar".
La Luna nos inspira y nos cautiva, y esta exposición es un homenaje a nuestra fiel compañera, que aviva nuestra curiosidad y fantasía.