Dos leones de granito, de 2.000 kilos y 1,60 metros cada uno, coronarán desde este fin de semana el nuevo templete que da acceso a la estación de Metro de Gran Vía, modernizada y ampliada. La apertura de la estación al público se prevé para julio.
Debido a los 2.000 kilos de peso de cada uno de los leones, ha sido necesaria la ayuda de una grúa para instalarlos en cada extremo del tejado de la marquesina del templete, que reproduce el original del arquitecto Antonio Palacios.
Los leones son una réplica idéntica de los que hubo en su día, cuando se levantó la marquesina, en 1920, y que en su momento sirvió de hito de acceso a la antigua estación de Metro.
El templete ha sido reproducido de la manera más fiel posible para recuperar su valor simbólico, lo que ha implicado una labor de investigación histórica para analizar las diferentes fases por las que pasó el original desde su construcción.
Parte del original, en Galicia
Así, se ha estudiado la remodelación que experimentó hasta llegar a 1970, cuando se desmantela para su traslado a la localidad gallega de Porriño, localidad de origen del arquitecto y emplazamiento en el que se encuentra parte de lo que queda de él.
La reproducción ha recuperado las espectaculares proporciones de la gran marquesina del proyecto original. Está construida con vidrio y acero y será completamente traslúcida permitiendo la entrada de iluminación a través del hueco del ascensor.
Montera seguirá siendo peatonal
La franja central de la céntrica calle de Montera, aún en obras, continuará siendo peatonal y el firme se sustituirá por microaglomerado con árido granítico, para soportar el tráfico de los vehículos autorizados. En el resto se colocarán losas y adoquines de granito gris.
Así lo han trasladado fuentes municipales, después de que una fotografía del firme de esta calle, aún sin concluir, se haya viralizado por redes sociales al transmitir la imagen de una vía para el tránsito normal de vehículos. Toda la calle mantendrá el aspecto de una vía adoquinada.
"Ni el coche recupera espacio, ni el peatón lo pierde, porque Montera sigue siendo lo que era, una calle peatonal", aseveran desde el Consistorio. Se pondrá este nuevo material en las zonas que deben canalizar preferentemente el tráfico de los vehículos autorizados, esto es la franja central y las intersecciones. El objetivo es mejorar el mantenimiento de estos firmes, ya que los que había hasta ahora "resultaban poco adecuados para el paso de vehículos de carga y descarga".
Al mismo tiempo, se reducirá el ruido de rodadura producido por los vehículos y se incrementará la comodidad del tránsito peatonal, al tratarse de un pavimento sin juntas.
Estas obras suponen una actuación conjunta del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid. Así, el tramo comprendido entre la Puerta del Sol y la calle de Jardines está siendo ejecutado por el Consistorio, mientras que el tramo que va desde Jardines hasta Gran Vía correrá a cargo del ejecutivo regional, una vez hayan finalizado las obras de la estación de metro de Gran Vía. Se han dispuesto 1,5 millones de euros que asumirán ambas administraciones a partes iguales.
Al tratarse de una capa continua, el microaglomerado con árido granítico de toda la calle se extenderá al final, una vez que la Comunidad de Madrid haya ejecutado su parte de la misma.
Además de la renovación de los pavimentos, las obras en Montera también contemplan la renovación del mobiliario urbano y del alumbrado, así como la ejecución de nuevos alcorques y la plantación de más árboles, manteniéndose además todos los ya existentes.