En julio de 1979 abría sus puertas en el 18 de la calle de Velarde, en pleno barrio de Malasaña donde todavía permanece, La Vía Láctea, un bar y sala de conciertos que se convirtió en un ícono de la Movida madrileña.
El Ayuntamiento ha querido recordar su aportación con la colocación de una placa del Plan Memoria de Madrid, “en reconocimiento a su labor de difusión y promoción de la música desde 1979”, a cuyo descubrimiento ha asistido hoy la delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Andrea Levy.
El fundador de La Vía Láctea, Marcos López Artigas, transformó un antiguo despacho de carbón en un local de ocio, inspirándose en los bares de copas que había visto en Londres y Nueva York. En poco tiempo se convirtió en un lugar de culto, en el que actuaron en directo algunas de las principales estrellas de la música que revolucionaron aquellos años y pinchadiscos como Kike Turmix, Diago A. Manrique, Juan de Pablos, Manolo Calderón, Samuel o José Castillo, que disponían de colecciones difíciles de encontrar en España.
Fue la catapulta para bandas madrileñas, como Sex Museum, Pleausure Fuckers o Los Enemigos. También eran habituales del local personajes de la Movida, como Pedro Almodóvar, Moncho Alpuente, García Alix o Ceesepe. Hasta celebridades internacionales como Nico –la cantante que inspiro a la Velvet Underground de Andy Warhol–, Johnny Thunders o Paul Collins se dejaban caer por La Vía Láctea en los 80 y 90.
Para celebrar su 25 cumpleaños, el local trajo a Nancy Sinatra en el que fue su primer concierto en España.