Los microplásticos han llegado a un lago de agua dulce del Ártico, según han demostrado investigadores españoles de la Universidad Autónoma de Madrid y del Instituto Español de Oceanografía (IEO) que señalan que hasta la fecha este tipo de contaminantes solo se habían registrado en ecosistemas marinos en la región ártica.
Los microplásticos son los fragmentos de plástico con un tamaño menor a cinco milímetros, que proceden de dos fuentes, bien de la degradación de plásticos grandes que se fragmentan en piezas cada vez más pequeñas, y de productos domésticos que contienen pequeñas partículas plásticas, como exfoliantes y pastas de dientes, entre otros.
El uso masivo de estos productos provocan que los microplásticos terminan en el medioambiente. Los investigadores hasta ahora habían constatado su presencia en los océanos, en ríos e incluso en el sistema digestivo de algunos animales que los ingieren.
Ahora, se ha demostrado por primera vez la presencia de microplásticos en ecosistemas de agua dulce del Ártico. La mayoría de los microplásticos hallados en ese lago son fibras de poliéster, un material muy utilizado en la industria textil y como revestimiento debido a su durabilidad.
El hallazgo fue realizado gracias a una colaboración, liderada por los investigadores Francisca Fernández-Piñas y Roberto Rosal, entre grupos de investigación de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), la Universidad de Alcalá (UAH) y el Instituto Español de Oceanografía (IEO). Esta colaboración permitió el uso de tres técnicas espectroscópicas distintas (RAMAN, micro-FTIR y SR-FTIR).
Los autores de la investigación afirman que hasta ahora no se sabía que habían llegado hasta las aguas dulces árticas, que eran uno de los "pocos ecosistemas" que parecían libres de microplásticos en el planeta. "Hoy parece que los ecosistemas libres de microplásticos en el planeta son ya escasos, más cuando recientemente investigadores de la Universidad de Newcastle han encontrado microplásticos hasta en unos pequeños animales que habitan en los fondos oceánicos, entre los 7.000 y los 10.890 metros de profundidad", detallan.
Los autores añaden que, en estos tiempos "excepcionales", se abren posibilidades "únicas", ya que han descubierto que las acciones individuales tienen consecuencias globales que, aunque al principio parezca indirectas y lejanas, "acaban afectado de forma directa y cercana a nuestras vidas".
En este contexto, subrayan que "hoy, más que nunca, se abre la posibilidad de tomar conciencia" sobre el reciclaje, la reutilización de los plásticos y el peligro medioambiental, sobre todo, de los plásticos de un solo uso.