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Pamplona y otros lugares que enamoraron al cronista de viajes

Descubriendo la ruta cultural y gastronómica por la Navarra de la 'Fiesta' de Ernest Hemingway

Una maleta, un libro y dejarse llevar calles que nunca hemos pisado, admirar vegetación desconocida, respirar el aroma de sabores nuevos, vibrar en la celebración de ese espectáculo en el que jamás hemos estado, pero que, de alguna manera, gracias a la literatura de viajes, tenemos la sensación de haber vivido...
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Una maleta, un libro y dejarse llevar calles que nunca hemos pisado, admirar vegetación desconocida, respirar el aroma de sabores nuevos, vibrar en la celebración de ese espectáculo en el que jamás hemos estado, pero que, de alguna manera, gracias a la literatura de viajes, tenemos la sensación de haber vivido... (Foto: Turismo de Navarra)
Por Jon M. Rhode
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promanillosmasinteresmadridcom/12/1/12/29
jueves 09 de marzo de 2023, 19:16h
Buena parte de la fama universal de los Sanfermines se debe a las referencias que sobre estas fiestas recogió Ernest Hemingway en sus crónicas periodísticas y en su novela 'Fiesta'. El escritor llegó por primera vez a Pamplona en julio de 1923 y repitió hasta en nueve ocasiones, ampliando sus fronteras hacia La Rioja y el País Vasco.
Se pueden visitar varios lugares vinculados con este escritor norteamericano, como son la plaza del Castillo y el mismo paseo de Hemingway. El restaurante Las Pocholas, el Hotel Yoldi, la Casa Marceliano y una antigua pensión en la calle de Eslava, son otros de los puntos relacionados con sus visitas y en los que hoy en día se han colocado placas de referencia.
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Se pueden visitar varios lugares vinculados con este escritor norteamericano, como son la plaza del Castillo y el mismo paseo de Hemingway. El restaurante Las Pocholas, el Hotel Yoldi, la Casa Marceliano y una antigua pensión en la calle de Eslava, son otros de los puntos relacionados con sus visitas y en los que hoy en día se han colocado placas de referencia. (Foto: Turismo de Navarra)

El escritor Ernest Hemingway (1899-1961) ambientó en Pamplona su novela Fiesta (The Sun Also Rises) y ese no fue el único lugar de España por el que sintió admiración.

Su cuaderno de viaje por Navarra, La Rioja y País Vasco es una invitación a recorrer los paisajes descritos en sus páginas.


Pasión por los Sanfermines

Lo ideal es hacerse con un ejemplar impreso del cuaderno de viaje, disponible en cualquier oficina de turismo de las tres regiones por las que discurre este viaje literario, que incluye dibujos y frases del escritor, mapas y otras curiosidades, para encontrar los mejores caminos, restaurantes, alojamientos, paisajes…

Navarra y las fiestas de San Fermín tienen un papel protagonista en los Cuadernos de Hemingway. El premio Nobel norteamericano se aficionó tanto a la tradición taurina que, desde su primera visita a Pamplona, en 1923, acudió hasta nueve veces a esta celebración popular que cada año recibe a miles de viajeros de todo el mundo.

La ruta propone visitar las referencias a la figura del escritor y periodista repartidas por la ciudad. Entre las más conocidas están la escultura de bronce a tamaño natural en el rincón temático que le dedica el elegante Café Iruña; el monumento de granito de 8.000 kilos que le rinde homenaje delante de la Plaza de Toros; o la habitación 217 del Gran Hotel La Perla, en la que se alojaba para poder ver los encierros desde su balcón de la calle de Estafeta.

Escapadas a localidades cercanas, como Burguete, Aribe, Lekunberri o Yesa son otras de las referencias.


La huella del premio Nobel en La Rioja

Ernest Hemingway describe paisajes de La Rioja en otra de sus novelas, El verano peligroso. Su paso por lugares como la Sierra de la Demanda, Haro y Ollauri, Calahorra, la Rioja baja y la capital, Logroño, marcan la prosa del escritor. Otra fiesta popular de relevancia, la de San Mateo, llama también su atención, además de los excelentes vinos propios de la región.


Un buen plan para reproducir la intensidad con que el cronista disfrutó de esta zona de España es atender a una de sus frases célebres: “El talento consiste en cómo vive uno la vida”.

Así, los Cuadernos de Hemingway incorporan un espacio para que el viajero realice sus propias anotaciones sobre los lugares visitados. El objetivo: ejercitar la capacidad de observación que hizo posible la brillante producción literaria del escritor y que, en todo viaje, ayuda a conectar con la cultura que se visita.


Comer 'con Hemingway', por Euskadi

Para acabar de meterse de lleno en el apasionante relato de Hemingway es imprescindible explorar los espacios gastronómicos donde el también premio Pulitzer cultivó el paladar.

Para facilitar la tarea, la publicación Comer con Hemingway reúne más de un centenar de recetas y 44 restaurantes de Euskadi, Navarra, Aragón y La Rioja visitados por el escritor. Pescar en el río Bidasoa, contemplar la costa vasca, nadar en la bahía de la Concha o relajarse en Donostia-San Sebastián eran otros de los hábitos preferidos de Hemingway.

Además, uno de sus deportes favoritos, el ciclismo, en concreto la Vuelta Ciclista al País Vasco que discurría por las tres provincias de Bizkaia, Álava y Guipuzkoa, también le llevó a conocer otros muchos lugares, como Zumaia, Zarautz o Bermeo. Su rastro en la región es tan amplio que existen rutas guiadas, como la de Kanala, con vistas sobre la ría de Mundaka y la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, o proyectos de casas rurales temáticas sobre este destacado representante de la literatura contemporánea de primera mitad del siglo XX.

Icono de la cultura y el turismo

El de Ernest Hemingway (Oak Park, Illinois, EEUU, 1899 – Ketchum, Idaho, EEUU, 1961) se puede decir que es un caso único en la historia de la literatura. El del escritor que, muerto hace sesenta años, se ha convertido en una industria cultural y también turística, o viceversa.

Todos los años se realiza algún audiovisual bien sobre alguna de sus obras o bien sobre su propia vida. Series de televisión, películas de ficción, biopics, documentales, etc, lo convierten en un autor mediático y popular, quizás el mayor de todos los tiempos. De hecho, estamos ante un icono cultural. Ante un Premio Nobel y un Premio Pulitzer. Ante el escritor que protagonizó el punto de inflexión de la literatura anglosajona.

Una novela que cambió su vida

1925 es el año en el que Hemingway toma la decisión que cambiaría su vida. Las fiestas de San Fermín de ese año le ofrecen una serie de historias entrecruzadas y de personajes que le lanzan a escribir su primera gran novela, The Sun Also Rises. 1925 es el punto de inflexión de Hemingway, en el que ya no habrá vuelta atrás. Ese año el grupo de amigos fotografía detalladamente las fiestas de San Fermín: gigantes, cabezudos, gentes, zaldikos, encierro, toros, peñas, calles, plazas y todas sus excursiones por la comarca de Pamplona.

Un pormenorizado álbum de recuerdos que también quedaron reflejados en las páginas de ‘The Sun Also Rises’. Da la impresión de que las fotografías que obtuvieron de Pamplona permitieron plasmar las instantáneas que se reproducen en la novela. Hemingway sabía que una parte de su felicidad residía en esta pequeña ciudad.

Tras los Sanfermines de 1925, Hemingway se lanza a escribir una nueva novela. El primer borrador de ‘The Sun Also Rises’ le llevó dos meses. Entre el 13 de julio y el 15 de septiembre de 1925, lo termina entre sus viajes a Madrid, Valencia, Donostia-San Sebastián, Hendaia y París.

En París era una fiesta, Hemingway explica que viajó con su esposa Hadley a Schruns (Austria) para redactar la primera mitad del manuscrito. Tras consultar con su amigo el también escritor Scott Fitzgerald, terminó la novela en enero de 1926 y voló a Nueva York para mostrársela a la editorial. De vuelta a Schruns, acabó de revisar el libro, que entregó en el mes de abril de 1926.

La editorial Scribner’s publicó la novela el 22 de octubre de 1926. Fue un éxito inmediato en el mundo cultural estadounidense. The Sun Also Rises supone, además de la inclusión de Pamplona en la literatura universal, un giro en la literatura anglosajona, por su lenguaje llano y directo y por su descripción rápida, detallada y casi pictórica.

En tan solo dos meses se vendieron 7.000 ejemplares. En dos años se hicieron ocho impresiones. En diciembre de 1927, la novela se imprime en el Reino Unido con el título ‘Fiesta’. La novela se editó por primera vez en castellano en Argentina, en 1944; lo hizo el editor Santiago Rueda.

Hemingway se fue convirtiendo en uno de los escritores-periodistas más conocidos de su época. Sin embargo, supo mantener amistades fieles durante toda su vida. Una de ellas fue la que mantuvo con Juanito Quintana, dueño del hotel Quintana (Montoya en la novela), al que le envió un ejemplar de The Sun Also Rises pidiéndole perdón si su alter ego en la novela le había ofendido. Juanito le responde con el mismo cariño y con enorme agradecimiento.

En 1929 publicó Adiós a las armas, su novela sobre la Primera Guerra Mundial; en 1937, Tener y no tener; y en 1940, Por quién doblan las campanas, la novela sobre la Guerra Civil. En 1950 llega Al otro lado del río y entre los árboles, la novela sobre la Segunda Guerra Mundial y, en 1952, El viejo y el mar, obra por la que obtuvo el Premio Pulitzer.

En 1954 recibió el Premio Nobel de literatura. Tras su muerte se publicaron Islands in the Stream, El jardín del Edén y Al romper el alba. Además, Hemingway está considerado como uno de los mejores escritores de cuentos y relatos de todos los tiempos y como uno de los mejores periodistas corresponsales de guerra del siglo XX.

La industria cinematográfica estadounidense se fijó muy pronto en las obras de Hemingway y la mayoría de ellas, protagonizadas por las grandes estrellas de Hollywood, se convirtieron en grandes éxitos internacionales.

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