La exposición reúne 10 pinturas de este enigmático artista, tres de ellas inéditas en España procedentes del Louvre, el Hermitage y del Museo de Bellas Artes de Gante, que se complementan con libros, grabados y monedas para contextualizar las imágenes del pintor y revelar su práctica de trabajo.
A principios del siglo XVI, Amberes se convirtió en un floreciente centro artístico y mercantil, y atrajo a viajeros, comerciantes y artesanos de toda Europa. Sus redes comerciales se desarrollaron rápidamente, y los artistas desempeñaron un importante papel en ese emergente mercado internacional.
Nuevos temas pictóricos, junto a innovadores métodos de producción y colaboración entre pintores, convirtieron la metrópoli del norte en un productivo centro artístico. Marinus (h. 1489-h. 1546), el enigmático pintor de Reymerswale, una ciudad de la provincia de Zelanda en los actuales Países Bajos, fue uno de los primeros en adaptarse a una creciente demanda de pinturas con temas a la vez novedosos y populares.
Contemporáneo de Quentin Massys, Marinus inició su carrera en Amberes, y regresó a Reymerswale antes de 1531. Después de la inundación de San Félix, que devastó la ciudad en 1530, le encargaron la elaboración de un mapa de esa región destinado a María de Hungría, gobernadora de los Países Bajos y hermana del emperador Carlos V. Hacia 1540, se instaló en Goes, donde probablemente murió entre 1546 y 1556.
Marinus se especializó en una reducida variedad de temas. Sus imágenes de san Jerónimo, las más abundantes en su producción, se inspiran en obras de Alberto Durero, quien había visitado Amberes en 1521. Sus escenas de género, relacionadas principalmente con el mundo del comercio y las finanzas, a menudo se han entendido como la representación de comportamientos humanos pecaminosos. Sin embargo, el pintor introduce en ellas elementos contemporáneos que reflejan los cambios económicos de la época y que parecen cuestionar la visión negativa que tradicionalmente se ha tenido de los personajes representados en sus obras.
Arte, dinero y mercados
En la primera mitad del siglo XVI, las estructuras financieras pre modernas se desarrollaron rápidamente y transformaron la sociedad europea. A comienzos de la Edad Moderna, el comercio con dinero se convirtió en un factor decisivo de prosperidad y progreso, aunque la Iglesia lo condenaba y fue muy criticado en textos moralizantes y satíricos. En la época de Marinus, la regulación de las transacciones financieras ya había evolucionado hacia estructuras administrativas complejas controladas por funcionarios.
Los cambistas, que existían desde el siglo XIII, se convirtieron pronto en símbolo de la usura y la codicia. Prendas extravagantes o anticuadas, como los tocados que aparecen en las obras de Marinus, se utilizaban a menudo para identificarlos. En sus obras, el pintor combinó esas indumentarias estrafalarias, que aludían a una tradición anterior, con elementos contemporáneos, como monedas e inscripciones sobre asuntos fiscales y legales. De esta manera, el pintor transformó unas imágenes que se consideraban representaciones de comportamientos negativos y pecaminosos en obras que también reflejaban los cambios que se estaban produciendo en el dinámico mercado financiero de su época.
En el siglo XV, las monedas de oro emitidas por los reyes españoles y franceses estaban entre las más valiosas. Las de plata se introdujeron a gran escala cuando se empezaron a explotar las minas de Sajonia primero y las de Potosí, después. Se muestra en esta exposición la primera moneda de plata acuñada por Carlos V en las provincias neerlandesas, y su presencia en El recaudador de impuestos y su mujer, refleja la creciente importancia que alcanzó este preciado metal a lo largo del siglo XVI.
La exposición
El objetivo de esta exposición, que cuenta con el patrocinio de Mitsubishi Corporation y de la Fundación Amigos del Museo del Prado, es dar a conocer al visitante la figura de Marinus van Reymerswale, artista neerlandés que trabajó durante la primera mitad del siglo XVI y cuyo apellido es topónimo de una ciudad de la provincia de Zelanda situada en el suroeste de los actuales Países Bajos que fue devastada por varias inundaciones en vida del pintor antes de ser definitivamente abandonada en el siglo XVII.
“Después de la restauración, los cuadros vuelven a brillar con un nuevo esplendor. Las nuevas investigaciones técnicas, realizadas por el Museo Nacional del Prado, han aportado importantes datos para conocer las condiciones y los métodos de producción de sus pinturas en el emergente mercado de arte de Amberes y en el contexto de la cultura material de su tiempo” afirma Christine Seidel, comisaria de la exposición.
La exposición reúne 10 pinturas del artista, cinco de la propia colección del Museo del Prado y cinco de otras instituciones, como el Museo Thyssen-Bornemisza, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando o el Museo de Bellas Artes de Gante. Dos de estas obras son especialmente relevantes ya que nunca antes se habían expuesto en España, se trata de dos versiones de 'Recaudadores de impuestos' procedentes del Hermitage y del Museo del Louvre, respectivamente, y representan el segundo tema popular en la obra de Marinus, que trata del mundo de las finanzas. Libros, grabados y monedas de las ricas colecciones de la Biblioteca Nacional y del Museo Arqueológico Nacional contextualizan las imágenes del pintor y revelan su práctica de trabajo.
Marinus van Reymerswale (c. 1489 – c. 1546/1556) centró su producción en la repetición de un número reducido de escenas: recaudadores de impuestos, los llamados «cambistas», varias versiones de san Jerónimo en su estudio, algunas escenas del Nuevo Testamento y una Virgen con el Niño. En ocasiones estas composiciones pudieron inspirarse en modelos de otros artistas, como Quentin Massys o Alberto Durero, pero Marinus las transformó y creó sus propios diseños de gran originalidad.
Las encuadernaciones de los muchos libros o las monedas que aparecen en sus obras muestran la genialidad técnica de Marinus a la hora de reproducir los elementos materiales, llenando sus interiores con objetos que realmente existían en su entorno. En sus obras se pueden identificar monedas de oro y plata de diferentes partes de Europa en circulación en ese momento, como el Vlieger de Carlos V o los excelentes de los Reyes Católicos, presentes en la exposición, y libros con encuadernaciones de biblioteca, en las pinturas de San Jerónimo, y llamadas de archivo, en las de contadores en sus oficinas.
Por otro lado, la excéntrica indumentaria de los personajes aleja los cuadros del mundo de sus contemporáneos y les da un carácter teatral.
En su producción se encuentran numerosas versiones de un mismo tema cambiando pequeños detalles, quizá para lograr la exclusividad que buscaría el comprador. Para mostrar las diferencias entre las dos versiones conocidos como 'el cambista y su mujer' del Museo Nacional del Prado, se ha desarrollado un interactivo digital.
Estas variantes sobre un mismo tema plantean una serie de cuestiones en lo relativo a las prácticas y los recursos empleados por el pintor con el fin de agilizar el trabajo y ha provocado cierta incertidumbre sobre su atribución, dando lugar a una amalgama de calificativos como 'taller de', 'círculo de' y 'discípulo de'.
Los cuadros de Marinus juegan con los elementos que el mundo financiero de la época utilizaba para presentarse y distinguirse de otros estratos de la burguesía. Las primeras pinturas de este artista sobre las que se tiene información documental estaban entre otros en posesión de los administradores financieros, como escribió Karel van Mander, el primer historiador de arte holandés en 1604, una obra de Marinus colgaba en la oficina de Melchior Wintgis en Middelburg, maestro de la moneda de Zelanda y coleccionista de arte. Otras se encuentran en colecciones internacionales de arte ducales y reales ya en el siglo XVII.
A finales de los siglos XVI y XVII, muchos motivos artísticos que Marinus utilizó en sus cuadros se alejan de las profesiones financieras y se asocian más a una lectura negativa. Esta interpretación moralizante también está presente en los cuadros de Marinus; sin embargo, se cuestiona que las obras, que se dirigen a un público específico, deban interpretarse exclusivamente de forma negativa o si existen distinciones causadas por los clientes, las condiciones de producción y los cambios de paradigma.
Quizá sea por la supuesta proximidad de sus cuadros a los inicios de la economía pre moderna por lo que las imágenes de Marinus del mundo de las finanzas siguen provocando interés hoy en día. La conexión entre las imágenes de Marinus y el mundo de las finanzas ha sido investigada por otros historiadores, tanto desde el punto de vista de la historia económica como de la historia del arte.
En el siglo XX, los cuadros de Marinus se utilizaron a menudo para ilustrar obras sobre historia económica de Europa o sobre la historia de las monedas. El historiador económico flamenco Raymond de Roover (1904-1972) fue uno de los primeros en asociar a los cambistas con la profesión de banquero en el siglo XVI y en ilustrarlo en sus libros: Money, Banking and Credit in Medieval Bruges. Italian Merchant Bankers, Lombards and Money Changers: A Study in the Origins of Banking, Cambridge Mass. 1948.
Esta mirada moderna a los cuadros de Marinus también revela que el artista prestó mucha atención a intentar plasmar en sus pinturas las particularidades del mercado financiero de su época. En España, la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas eligió en 1979 el hombre de la pintura de Marinus del Prado para su logotipo, reconociendo que es una imagen de la actividad económica en la época del Renacimiento.
En 1999, se emitió un sello con la obra del Prado con motivo del Congreso Internacional de Museología del Dinero.
Como complemento a la exposición, se ha editado el primer catálogo monográfico dedicado al artista, que incluye varios ensayos que enriquecen el conocimiento que hasta ahora se tenía sobre Marinus, cuya edición en inglés cuenta con la colaboración de American Friends of the Prado Museum.
El catálogo
El Prado edita el primer catálogo monográfico de Marinus. Sigue siendo un artista enigmático. Al parecer trabajó a la sombra de los grandes maestros de la pintura de género neerlandesa, como Quentin Massys, desarrollada en Amberes en la primera mitad del siglo XVI. Se le conoce sobre todo por sus cuadros de san Jerónimo en su estudio, una iconografía con gran arraigo en Amberes, y, especialmente, de personajes del mundo de las finanzas, recaudadores, banqueros y cambistas, cuya gran difusión contribuyó a conformar la imagen de estos oficios a lo largo de los siglos.
Una original aproximación historiográfica, así como nuevas investigaciones técnicas llevadas a cabo en el Museo del Prado, han aportado importantes datos tanto para la mejor comprensión de esos asuntos, como para conocer las condiciones y los métodos de producción de sus pinturas en el emergente mercado de arte de Amberes y en el contexto de la cultura material de su tiempo.
Esta publicación, la primera monografía dedicada al artista, incluye varios ensayos que enriquecen el conocimiento que hasta ahora se tenía sobre Marinus. En ellos el lector encontrará una puesta al día de toda la información documental que poseemos sobre el pintor, un estudio sobre el mercado del arte al que estaban destinadas sus obras y otros textos que profundizan en aspectos relevantes de sus cuadros, tales como la indumentaria o las encuadernaciones de los muchos libros que aparecen en ellos. Además, en el apartado dedicado al catálogo de obras, que recoge pinturas pertenecientes a todas las etapas de su relativamente corto periodo de actividad, se analizan en profundidad múltiples aspectos del trabajo del artista.
Ilustrado con casi cien imágenes a color, supone una imprescindible aportación sobre la figura y la obra de este original artista. A la venta en Tienda Prado y en la web, por un precio de 19€.
Acceso
La exposición estará aforada y el acceso se hará mediante pase horario cada quince minutos.
Para garantizar el mantenimiento de un nivel de aforo regular durante todo su horario de apertura, es imprescindible la selección de Pase Horario para visitar exposiciones temporales en el momento de la adquisición de la entrada.
La compra de entradas se realizará en internet y taquilla, el precio de la entrada general es de 15 euros (reducida o gratuita, conforme a las condiciones establecidas) y permite también la visita a la colección permanente y las exposiciones temporales coincidentes con su calendario de apertura.
De lunes a sábado, de 18.00 a 20.00 horas, y domingos y festivos de 15.00 a 17.00 horas, todos los visitantes que quieran acceder a la exposición podrán beneficiarse de una reducción del 50% en el precio de la entrada individual que les corresponda. La adquisición de la entrada se hará únicamente en taquilla.
El horario de visita a la exposición será de lunes a sábado, de 10.00 a 20.00h, y domingos o festivos, de 10.00 a 17.00h (último acceso 60 minutos antes del cierre).