Durante tres semanas se puede disfrutar del espectáculo de los 1.600 almendros en flor de la Quinta de los Molinos, 330 de ellos nuevos ejemplares plantados por el Ayuntamiento de Madrid en los últimos dos años.
El delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, ha animado a la ciudadanía a disfrutar de este espectáculo que anuncia la primavera, en un parque que abre todos los días, de 6.30 a 22.00 horas. La mayor parte de sus recorridos son accesibles para personas con movilidad reducida.
"El Ayuntamiento ha hecho un extraordinario esfuerzo en conservar y mantener este parque y en reponer arboles. En los últimos dos años, se han plantado 330 almendros nuevos", como respuesta a Filomena, ha destacado.
El conjunto de almendros de la Quinta de los Molinos está compuesto por dos variedades nativas de la Península Ibérica, Largueta y Marcona. El empleo de estas variedades supone una mejora de la polinización, a la vez que propicia una floración más duradera y ofrece diferentes tonalidades de flores blancas y rosas, ha explicado el Ayuntamiento.
Los visitantes que se acerquen estos días a la Quinta de los Molinos para disfrutar de los almendros en flor, también podrán encontrar otras especies como olivos, pinos, higueras, lilos, retamas, romeros, hibiscos, adelfas, avellanos, tarajes y otras menos habituales, como feijoas, eucaliptos, azufaifos o paulonias. Además, la zona goza de una amplia diversidad de fauna, entre la que destacan mirlos, petirrojos, verdecillos, verderones, palomas torcaces, gorriones y jilgueros, entre otras especies.
La de los Molinos es una de las últimas quintas de recreo rústicas construidas en Madrid a principios del siglo XX, con zonas de explotación agrícola de un marcado carácter mediterráneo. Dispone de edificios y elementos arquitectónicos declarados de alto interés.
Cesión al Ayuntamiento
En 1980, tras el fallecimiento de su propietario, los herederos, cedieron 21,26 hectáreas de la propiedad al Ayuntamiento de Madrid con la condición de mantener su legado. El jardín paisajista y sus espacios agrícolas (las huertas aterrazadas, el cultivo de almendros y el bosque) formaban un todo indivisible junto a la casa palacio (Palacete de la Quinta), los edificios auxiliarles (Casa del Reloj) y su arquitectura singular.
El parque cuenta con cinco puertas de acceso: la principal, en la calle de Alcalá; la de la estación de metro de Suanzes; en la calle de Juan Ignacio Luca de Tena, la entrada de Palacio Espacio Abierto; en la avenida de 25 de Septiembre y, en el oeste, por la calle de Miami.
Molinos de viento
La Quinta de los Molinos está catalogado como parque histórico, por el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid de 1997. Su historia se vincula al arquitecto, catedrático y urbanista César Cort Boti, protagonista de la institucionalización del urbanismo en España y defensor del patrimonio cultural, quien diseñó la quinta tanto desde el punto de vista arquitectónico como vegetal.
Los molinos de viento, adquiridos en Estados Unidos por su propietario, se instalaron para extraer el agua de los pozos y se convirtieron en un hito tan singular que propició el nombre de este parque, pieza clave del eje de quintas situadas en la histórica carretera de Aragón, hoy calle de Alcalá.