El arte, sustantivo masculino en singular, femenino en plural, ha sido durante mucho tiempo un terreno vedado para el mundo femenino. Las mujeres son invitadas al arte porque este ha sido un espacio propio del hombre...
Con la finalidad de poner el acento sobre estas cuestiones, se realiza Invitadas, que es la primera exposición temporal que inaugura el Museo del Prado tras su reapertura el pasado 6 de junio. “No se trata de una bienal sobre pintoras, ni de arquetipos. Se trata de dar visibilidad a las pintoras del siglo XIX y primeras décadas del XX y explicar el molde patriarcal al que tuvieron que hacer frente”, según el comisario de la muestra, conservador del Área de pintura del siglo XIX, Carlos G. Navarro, quien añade que “es un viaje crítico al epicentro de la misoginia del siglo XIX”.
Invitadas. Fragmentos sobre mujeres ideología y artes plásticas en España (1833-1931) tiene como objetivo reflexionar sobre el papel de la mujer y los diferentes roles que desempeñó en el sistema artístico español desde el reinado de Isabel II hasta el de su nieto Alfonso XIII, y se podrá visitar en las salas A y B del edificio Jerónimos, hasta el 14 de marzo de 2021.
El recorrido se estructura en dos partes, una con obras firmadas por hombres y en los que la mujer ocupa un papel subsidiario, y un segundo bloque que muestra a una serie de autoras de la época, en muchas ocasiones por primera vez y completamente desconocidas para el gran público.
El Museo del Prado, igual que el resto de grandes pinacotecas del mundo, ha sido criticado por la falta de mujeres en su colección, ante lo que Miguel Falomir, director de la institución, ha recalcado el compromiso de visibilización de la mujer en su programación. “Creo que uno de los mayores atractivos de la exposición radica precisamente ahí, en no haber acudido a la periferia, sino al arte oficial de la época. Es posible que alguna de estas obras sorprenda a una sensibilidad contemporánea, pero lo hará no por su excentricidad o malditismo, sino por ser expresión de un tiempo y una sociedad ya periclitados”, asegura Falomir.
La falta de reconocimiento del papel de la mujer en el arte también ha llegado hasta bien entrado el siglo XX. En la película Big Eyes, de Tim Burton, de 2015, se refleja la lucha de Magaret Keane por lograr el reconocimiento de sus populares retratos de ojos grandes, que su marido había vendido durante décadas diciendo que eran suyos. Fue necesario que un juez obligara a ponerse a ambos ante un lienzo para demostrar quién era el artista. Margaret completó su cuadro en menos de hora, su exmarido no fue capaz de hacer un solo trazo. Todo esto sucedió hace apenas treinta y cinco años.
Museo del Prado. Hasta el 14 de marzo.