Sobre los terrenos del que fuera uno de los icónicos espacios de recreo del Madrid de los años sesenta y el complejo de piscinas más grandes de la ciudad, nace una nueva zona que revitalizará la imagen de este barrio del distrito de Carabanchel.
Mejorar el barrio de Opañel y dotarle de nuevas infraestructuras y servicios, acordes a los nuevos tiempos. Ese es el objetivo de la modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana, aprobado recientemente por la Junta de Gobierno, del espacio que ocupaba el antiguo Estadio de San Miguel y que actualmente se encuentra abandonado.
Sobre los terrenos del que fuera uno de los icónicos espacios de recreo del Madrid de los años sesenta, el complejo de piscinas más grandes de la ciudad, nace una nueva zona que revitalizará la imagen de este barrio de Carabanchel.
Se trata de una parcela de más de 25.000 m2, de los que la mitad aproximadamente ya se han utilizado para la construcción de una instalación deportiva privada. La otra mitad, la parcela situada entre las calles de la Verdad, Josefa Fernández Buterga, Zarco Hermanos y el cementerio de San Lorenzo y San José, se modificará completamente, con nuevos viarios y zonas verdes, viviendas y equipamiento dotacional.
Una actuación que, además, también servirá para poner en valor el Centro Cultural Lázaro Carreter, ya existente.
La renovación del entorno completará y cohesionará el tejido urbano de este barrio de manera coherente, potenciando la incorporación de usos dotacionales y de actividad comercial, lo que favorecerá y dinamizará la diversificación de la actividad económica en el distrito.
Cabe destacar que, con esta actuación, también se quiere luchar contra la contaminación a través de soluciones apoyadas en la naturaleza, por lo que se potenciarán las infraestructuras verdes de la zona, con parques y corredores peatonales, cuidando así la sostenibilidad, eficiencia y calidad medioambiental.
Por otra parte, con la finalidad de asentar la población en el barrio de Opañel, se utilizará una parte del terreno para uso residencial, y otra para la construcción de viviendas públicas, en concreto el 10% de la edificabilidad, para dar respuesta a la demanda habitacional del distrito, a precios asequibles.
Estas construcciones perseguirán asimismo que se reduzca el impacto local sobre el ambiente, con medidas de diseño pasivo, eficiencia energética, y economía circular, incorporando también medidas de eficiencia energética, y uso de energías renovables de acuerdo con la ordenanza municipal de Calidad del Aire y Sostenibilidad.