El Castillo de la Alameda abrirá un nuevo horario nocturno que, a través del recorrido iluminado, contará la historia de este conjunto patrimonial ubicado en el distrito de Barajas y que es uno de los escasos vestigios que se conservan de la arquitectura militar del siglo XV.
Esta iniciativa permitirá, además, el
aprovechamiento de este espacio que durante siglos tuvo un uso principalmente militar y
que ahora acogerá nuevas actividades como conciertos, representaciones teatrales o visitas guiadas.Durante el próximo julio
se realizarán trabajos de acondicionamiento especialmente enfocados a los espacios exteriores de este castillo, que forma parte de la
Red de Museos del Ayuntamiento de Madrid.Las labores consistirán en limpieza del terreno y en el
tratamiento de la contraescarpa y escarpa del foso, además de la
reparación de elementos metálicos y el entarimado de los paneles explicativos, de la
valla de cerramiento y de la zona de entrada por el
puente de acceso.Estas obras cuentan con un presupuesto de unos
48.000 euros y
está previsto que duren dos meses. Para la
correcta iluminación del espacio, se utilizarán una luz fría de 6.000 kilos en los lugares defensivos y una luz más cálida de 3.000 kilos en los exteriores.
Cabe destacar la ausencia de una de las fachadas del castillo que
en el siglo XVI pasó a ser un palacio renacentista y que cuenta con
restos de asentamientos desde la Edad del Bronce hasta la época romana, representando la historia de Madrid y, en concreto, la del
valle del Jarama, un símbolo de la
Guerra Civil acogiendo a las tropas al mando del
general Miaja dirigidas desde el búnker de El Capricho y que
usaron el Castillo de la Almeda como fortín y nido de ametralladoras.En este sentido, la construcción
se erigió en el siglo XV entre las
aldeas medievales de la Alameda y Barajas y dentro del alfoz de Madrid. Posteriormente, entre los siglos XVI y XVIII se crearon también
en esta zona varias villas de veraneo de la aristocracia madrileña, entre las que destaca el
Palacete de los Duques de Osuna y que desde entonces da nombre a este área o su parque de
El Capricho.Esta iniciativa ha intentado
respetar el emplazamiento desde una perspectiva urbanística, mediante la creación de
un parque público, que conserva tanto el poblado prehistórico como el castillo.