La psicóloga Olga Castanyer, experta en asertividad, presenta su libro 'Ni agresivos ni sumisos' (Grijalbo) y explica que situaciones como los gritos machistas de los alumnos del Colegio Mayor Elías Ahúja se deben, en la mayoría de los casos, a la "la necesidad de pertenecer a un grupo".
"Ese tipo de conducta es la conciencia grupal, la necesidad de pertenecer a una manada", ha señalado en una entrevista la autora, en referencia al vídeo que se hizo viral la semana pasada en el que alumnos del Colegio Mayor Elías Ahúja amedrentan a sus vecinas del CMU Santa Mónica, profiriéndoles gritos como "ninfómanas", "putas" y "os vamos a follar", aunque algunas increpadas valoraron que se sacó "de contexto" y que no se sentían "ofendidas".
En estos casos, la experta ha subrayado que "normalmente siempre hay uno o dos líderes" y ha destacado que, cuando alguien es líder de este tipo de conducta, "es que tiene una necesidad de llamar la atención, de que le reconozcan" y luego, toda un cohorte, "que son los que gritan más, porque quieren pertenecer al grupo".
En cualquier caso, Castanyer ha asegurado que "no les han enseñado a ser asertivos", ya que, si así fuera, "no tendrían necesidad de gritar". "No participó todo el colegio mayor, los que no participaron fuero más asertivos. Si tienes tanta necesidad de pertenecer a un grupo, tienes carencias", ha matizado.
Respecto a la propuesta de Más País-Verdes Equo y BNG, y apoyada por el Ministerio de Universidades, para que colegios mayores segregados por sexos no reciban financiación pública, la psicóloga ha asegurado que, juntando a los jóvenes en colegios mayores mixtos, no se evitan casos como los gritos machistas.
Para la experta, el mal, quizás "son las redes sociales" y que "no hay una educación en asertividad", además de que los valores principales "son la pertenencia al grupo". "Si no hubiese sido este hecho, habría sido otro, quizás no en la misma línea machista, pero "da lo mismo, porque lo que hay que hacer es educar en asertividad", ha insistido.
Ayudar a las víctimas de abusos
Al ser preguntada por la figura del Coordinador de Bienestar y Protección del Menor, que ha entrado en vigor este curso, la autora ha defendido que tenga una preparación en asertividad, algo que considera "muy importante".
"Si un niño no está bien en casa o no tiene confianza con sus padres, de alguna manera intenta transmitirlo a algún profesor, pero no siempre lo transmiten directamente, ya que los niños siempre van a proteger a sus padres, entonces llamarán la atención de otra manera", ha manifestado.
En su obra Ni agresivos ni sumisos. Educar niños asertivos y respetuosos, Castanyer analiza el caso de abusos sufridos por un grupo de cuatro niños y cómo ayudarles desde los entornos familiar y escolar, a través del apoyo incondicional.
"Cuando la persona es agresiva, depende de los demás para sentirse bien; cuando es sumisa también. Pero, cuando estamos educados en asertividad, dependemos de nosotros mismos para sentirnos bien", ha resaltado la autora, quien apuesta por educar al niño "para que se siente bien consigo mismo, digno de ser querido, respetado, una persona única y con derecho a tener esa unicidad".
La experta apuntado que si se educa a un niño a gritos, se le da "un modelo en el que lo que hay que hacer para salirse con la suya es gritar", mientras que si se es sumiso con el niño y con sobreprotección se le da al niño "un modelo sumiso".
En la actualidad, "por desgracia, salen pocos niños asertivos", indica, en su opinión debido en parte a que las redes sociales "crean mucha sumisión a la imagen", por lo que los niños "salen más bien sumisos".
Estar bien, para ser de los 'guays'
Con tal de ser popular, "de pertenecer a los 'guays', supedito todo mi ser y vendo una imagen de estar siempre bien", explica. "Si hay un niño que no se siente tan guay, va a sufrir muchísimo", advierte.
Los niños, según la psicóloga, "ven unos modelos, unos referentes de perfección" en los 'influencer'. De manera que, quien se guía por esos modelos "siente que no se puede permitir ser imperfecto y que para tener muchos 'likes' tienen que ser como esta persona perfecta", ha precisado.
Y uno de los problemas en la actualidad, asegura la experta, es que la atención al físico "empieza cada vez antes". Aconseja educar a los niños para que se fijen "en sí mismos, aprendan a validar sus gustos, las características, la forma de ser que van desarrollando y darlo por bueno, aunque no sea superpopular". "No pasa nada, tú eres único y eso está bien", ha apostillado.
Abusos escolares y nuevas tecnologías
En cuanto a la evolución de los abusos escolares, la experta ha recalcado que las redes sociales han logrado que "proliferen muchísimo", ya que "ahora, el abuso se produce, mayoritariamente, a través de las redes sociales".
"Antes podía haber un abuso, pero quedaba en la clase, en los del colegio si acaso y, quizás, en el grupo de amigos del barrio, que no abusaban, tenías otro mundo. Pero, ahora, todo el mundo lee, no tienes refugio", ha lamentado.
No obstante, la autora no cree que los abusos hayan aumentado debido a los avances tecnológicos, sino que "hace mucho más daño, porque son más sociales". Porque, en su opinión, "la persona que abusa lo hace con redes sociales o sin ellas".
No tener miedo al abusador
Ante un caso de abuso, la psicóloga aconseja a las víctimas "demostrar que no le importa", pero sin enfrentarse al abusador de forma agresiva, algo que "normalmente no sirve de mucho", al igual que "intentar irse o decir no te escucho", algo que "hace que abusen más, porque dejan claro que tienen miedo".
"Sería decirle al abusador un 'déjame en paz', pero en la línea de 'paso de ti, sin tener miedo', mostrando más indiferencia ante los insultos", ha dicho Castanyer, quien también ha aconsejado a los padres que, a la "más mínima" que el niño cuente que le han dicho un insulto que le haya hecho sentir mal, hablen y dialoguen con él, aunque les "parezca una tontería lo que le han dicho" y "no dejarlo pasar, ni tampoco minimizarlo" diciéndoles que "no les tengan miedo".
Por el contrario, si el niño es el abusador, propone "observar y analizar muy bien por qué lo es". "Cuando un niño abusa de otro es porque tiene alguna carencia. Lo mismo en su casa también hay abusos y hace lo mismo que ve en casa. Con el abusador hay que ir al fondo, hay microabusos que el niño puede estar viendo en casa", concluye.