Un calambre es un espasmo muscular extremadamente doloroso e involuntario. Es un problema común en los deportistas y afecta a músculos grandes de las piernas durante o inmediatamente después del ejercicio. Se trata de una reacción exagerada y paradójica del músculo a la fatiga, que responde a una hiperexcitabilidad nerviosa.
La tensión muscular de la zona acalambrada, al tocarla, nos parecerá que la tenemos "dura como una piedra" y, en la mayoría de ocasiones, resulta imposible mover el músculo. A diferencia de la contractura, el calambre dura segundos o pocos minutos y no es permanente.
Ponemos un ejemplo: imaginemos un grupo muscular que se utiliza mucho más que los demás, como son los gemelos en un partido de tenis. Entre contracción y contracción de la pantorrilla, hay una relajación espontánea y obligada. Si el músculo se fatiga tras 90 minutos de partido y no se para, es decir, se continúa utilizando la pierna (aumentando la excitabilidad nerviosa del grupo y la pérdida de líquidos corporales), los gemelos son incapaces de relajarse y mantienen la contracción, desencadenando el calambre.
Se ha establecido a través de observaciones clínicas y electromiográficas que los calambres son de origen nervioso y están relacionados con la hiperactividad del reflejo del nervio muscular.
Son varios los factores que favorecen que tengamos calambres, entre los que están: la fatiga muscular localizada, la insuficiente hidratación, los desequilibrios electrolíticos fundamentalmente ocasionados por la pérdida importante de líquidos (magnesio, potasio y sodio), la temperatura ambiental y la humedad, la falta de una buena preparación física, una alimentación inadecuada a lo largo de la temporada y el estrés emocional.
Es falsa la creencia de que se deben a la acumulación exagerada de ácido láctico. Los calambres no se deben exclusivamente a la deshidratación, a un desequilibrio electrolítico concreto o al calor, si no que existen factores que los favorecen.
Qué hacer en caso de tener un calambre
Primero, evidenciaremos qué músculo es el afectado y forzaremos su estiramiento de 15 a 30 segundos. Y repetiremos, si no cesa el calambre. Después, es aconsejable la colocación de calor local en la zona y no continuar con el ejercicio.
Cómo prevenimos los calambres
Actuando de forma muy especial sobre los factores predisponentes:
- Una preparación física adecuada, con un programa de ejercicios de flexibilidad que incluya estiramientos de los grupos musculares más implicados en el tenis.
- Una nutrición personalizada durante la temporada. Una cantidad de hidratos de carbono adecuada en la comida previa a la competición y un correcto aporte de líquidos ayudará a minimizar los riesgos.
- Una adecuada hidratación durante la competición. Especialmente, bebidas con sales minerales e hidratos de carbono (glucosa y fructosa) en proporciones adecuadas.