El colectivo se opone a la ocupación industrial de más de 47 hectáreas de suelo rural protegido en los municipios de Guadalix de la Sierra y Miraflores de la Sierra, con la instalación de dos polígonos de 18.700 paneles fotovoltaicos y unos ocho kilómetros de líneas y torres eléctricas, afectando un valioso paisaje y hábitat y también a los núcleos urbanos de Guadalix y Soto del Real.
"Nos encontramos en período de alegaciones ante la petición de autorización del proyecto de una planta solar fotovoltaica industrial de 11,84 MW, que contaría con 18.750 paneles solares fotovoltaicos y 36 inversores, más otras instalaciones, y que se pretende situar en dos parcelas rurales con diversos grados de protección, una en Guadalix de la Sierra (de 41.98 hectáreas) y otra en Miraflores de la Sierra (de 5,48 hectáreas)", señala.
Además, Ecologistas señala que al querer situar las plantas fotovoltaicas en dos parcelas diferentes, implicaría la construcción de una línea eléctrica entre ellas de 5,5 Km de longitud, más otra línea que las conectara con la subestación de Miraflores, de unos 2,44 km.
En total, según apunta, serían unos 7,94 kilómetros de nuevas líneas eléctricas de 20.000 voltios, "con numerosas torres y con ocupación de suelo público y fincas privadas, segmentación del territorio, deterioro del paisaje y de la calidad de los caminos y paseos, eliminación de vegetación y podas recurrentes, afección a la fauna –sobre todo a las aves– y también a la salud humana, entre otros aspectos".
Además, recalca que el despliegue de miles de hectáreas de polígonos fotovoltaicos en la Comunidad de Madrid, especialmente en el sur, sureste y suroeste de la misma se está haciendo sin que exista "una planificación previa, ni una distribución racional, ni una normativa rigurosa, sino solo en base a los intereses y las iniciativas puntuales de capitales privados, que, en muchos casos, impulsan estos proyectos para revenderlos y especular con ellos".
Consideran que los paneles fotovoltaicos deben instalarse en zonas industriales, sobre infraestructuras y en los inmuebles propicios, priorizando el autoabastecimiento de las poblaciones, de los edificios públicos, las cooperativas energéticas, las pequeñas industrias, etc., antes de permitir que ocupen suelo vivo.
Y recuerda que existe un estudio elaborado en la Universidad Complutense, hace diez años, en el que, tras una detallada evaluación, se dice que el 80% de la energía eléctrica que se consume en el municipio de Miraflores podría provenir de placas solares instaladas en los tejados de los inmuebles adecuados.
Consideran también que "intentar disminuir la carbonización del modelo energético no debe hacerse generando otros problemas ambientales y destruyendo hábitats naturales, rurales y zonas agropecuarias, que no sólo también descarbonizan, sino que contribuyen a regular el clima y que, además, necesitaremos cada vez más para producir alimentos, para mantener la vida y la calidad de la misma".